jueves, 27 de junio de 2019

Arde el Mar


 Arde el mar.
Y un gemido de gaviotas me despierta en las ventanas.

Arde el mar,
y yo parece que arrastro en mis olas un incendio

Arde el mar,
y yo quiero que pare, mirarlo de lejos.
que deje de latirme el corazón en la boca.
la vida pasa y yo la siento tan cerca que asusta.
Se me paran los relojes. Perpleja.

Bajar por las escaleras, contestar lo de siempre.
olvidarme del precipicio, dejar que el tiempo se suceda.
Pero no.
Por que entre tanto y tan de cerca,

Arde el mar.


domingo, 16 de junio de 2019

Mi canción preferida


Mi canción preferida tiene en sus ojos limpios el brillo de un millón de estrellas. 
Y siendo tan leve sólo el aire la alcanza mientras espera el alba la primavera.

Tan alegre, que siempre será el mejor canto a la vida, cuando la escucho serena y paciente mientras hace su magia con mi sonrisa. Tan tímido ese mirar que amedrenta hasta el gris de las aceras.

Sus raíces sólo llegan a dónde llegan sus manos, por eso quien la toca no la olvida y temen que se marche para siempre ¡Cómo si se pudiese comprar una estrella!

Quien duda, existe. y sin embargo tengo la certeza de habrá millones de conciertos y millones  de casualidades e historias que tenga que contarte para poderlas vivir a tu lado. Y sé como sólo se saben las verdades universales, que estarás ahí para verlo.

No importa que tan lejos nos lleve la vida, o con cuantos personajes nos crucemos por el camino. Estarás presente en cada concierto, aunque te oiga desde lejos, desde la otra punta del mundo si es allí donde quieres ser feliz.

Precisamente por eso, eres mi canción preferida.
                                                                                                                                        (A Emi)


 

sábado, 2 de marzo de 2019

I. Cómo empezó esta historia amarilla.


Estoy segura de que me escuchaste.

Por cómo el pánico de tus ojos apareció dos semanas después al fondo de un pasillo congelado por tu presencia y mi perplejidad.

Era una noche cualquiera. Tequila, sonrisas, arena en los zapatos, un vestido negro. Y en medio de toda esa banalidad la lucidez del alcohol se impuso.

Nunca te miré hasta ese día. Me arrepiento.

Tus ojos en los míos, y casi toco el cielo y te prometo que no conocía ese don tan tuyo de contener la expresión y bajar la mirada. Consciente de la sacudida, de la alegría y el arrojo, yo radiante  y tan borracha saludé. Pocas sonrisas más que esas he visto.

“Pues yo a ese de mi clase le daba” - Y lo dije. Como esa bárbara insensible que sé que no soy. Lo suficientemente excéntrico como para llamar tu atención.

Estoy segura de que me escuchaste.

¡Cambiaron tantas cosas aquella noche! Yo cambié. Y quise ser todo eso que era.
Me convertí en esa horrible camisa estampada que sólo podría quedarte bien a tí.
Y me convertí en los nexos que tenemos y que día a día crecen como únicamente crecen las cosas que tienen que ser. Son el jodido fenómeno que me consume.

Mírame. Mírame como nunca te miré hasta ese día. Dame cinco minutos y todo empezará a ser diferente. Déjame entrar.