sábado, 8 de diciembre de 2018

Impronta Oral

Los nuevos derroteros de la lingüística proponen eliminar los desusados términos de codificación/descodificación y restaurarlos por las nomenclaturas de ostensión e intensión -perdón de antemano por el tecnicismo, no es una cuestión personal, resulta que se llaman así-.El caso viene dado por que cuando se aúnan equívocos tanto en la ostensión de significado como en la capacidad de comprender la intensión que pretende imprimir el otro, el asunto se nos vuelve un tanto obtuso, se confunden el tocino con la velocidad y se acaba haciendo el ridículo en la casa del vecino en el mejor de los mundos posibles. Al parecer tengo cruzado el circuito de la ostensión porque juraría que de un tiempo a esta parte no entiendo nada, lo que me convierte, evidentemente en una suerte de raíl vertiginoso, que oscila entre lo aburrido y lo temerario.

Caleidoscopio


Imaginarte es como jugar a las adivinanzas en un caleidoscopio.


Los colores giran, se abrigan y se superponen.
El tono, amarillo, 
desentona la presencia moteada
magnetizada con el sonido de tu voz.

Y en cada nuevo giro, una tempestad me sacude.
la inmediatez ganó la batalla a ciegas de la perspicacia 
y alude, 
a sonetos imantados de ese azul arrebolado 
que tiembla en cada paso que voy dando hacia las sábanas de raso, 

donde te espero
por si acaso.

Giran el mercurio y la arena, 
marioneta de sirenas que quieren varar en tu espalda.
Giran azules, inmanentes, las distancias para verte
con un revés de la suerte si te amenaza el devenir.

Mientras tanto, en cada giro, la luna tiene sentido
porque te espero al abrigo
de una mañana de Abril.