sábado, 8 de diciembre de 2018

Impronta Oral

Los nuevos derroteros de la lingüística proponen eliminar los desusados términos de codificación/descodificación y restaurarlos por las nomenclaturas de ostensión e intensión -perdón de antemano por el tecnicismo, no es una cuestión personal, resulta que se llaman así-.El caso viene dado por que cuando se aúnan equívocos tanto en la ostensión de significado como en la capacidad de comprender la intensión que pretende imprimir el otro, el asunto se nos vuelve un tanto obtuso, se confunden el tocino con la velocidad y se acaba haciendo el ridículo en la casa del vecino en el mejor de los mundos posibles. Al parecer tengo cruzado el circuito de la ostensión porque juraría que de un tiempo a esta parte no entiendo nada, lo que me convierte, evidentemente en una suerte de raíl vertiginoso, que oscila entre lo aburrido y lo temerario.

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