martes, 29 de diciembre de 2009

Aprende a desnudarme y me dejaré desnudar

"El olor a algodón dulce y a palomitas de maiz recién hechas inunda las calles de mi pueblo.
Las luces de navidad y la humedad del ambiente eluden la mediocridad del conjunto hacíendolo un poco más creible.
Si no escapo pronto acabaré volviendome loca y bebiendo el vino de luces de colores que prende del techo con cables transmisores de electricidad insalubre.
Las bolsas repletas de paquetes envueltos en papel maché trasnmiten una irisoria sensación de satisfacción.
Por suerte no todo es cuestión de dar y recibir. Acabaríamos saturados de monotonía en el mejor de los casos.
Cambiar un regalo por otro no es mas que demostrar nuestro inconformismo inherente al ser humano, para despues descubrir que lo mismo da, que da lo mismo, lampara o sudadera".
Tengo el corazón embalsamado con tu aliento y de tanto anhelarte y anhelar desanhelarte me he enredado en una hoja de laurel para acabar oliendo a hierbabuena.
Nublo el sol, que jura repetidas veces no volver a pasar por el Este a menos que le tome de la mano y te dejes guiar por el pasillo que conduce hasta mi habitación.
Ahora ya no sé si soy la chica del Amanecer o la del Tiempo.
Aprende a desnudarme y me dejaré desnudar.

1 comentario: