martes, 21 de julio de 2009

Cuentos infantiles

Mi casa está repleta de libros infantiles de carácter didáctico.
Cualquier infante que se precie podría estudiar primaria sentado en el escritorio de mi habitación.
Casi siempre me sorprendo buscando algún crio escondido entre los cajones de mi armario.
Sé que tiene que estar por algún lado.
¿Dónde aguarda el niño que estaba destinado a juntar letras con la ordinaria caligrafía de los cuadernillos Rubio?
Es posible que se esconda hasta que aparezca un maestrillo de poca monta que le preste sus servicios en favor de una mejor calidad de expresión…

“Mi mama me mima”.
“El león Ramón inventa rimas desde su colchón”.
Alguien ha tenido que leer algo de esto alguna vez.

Lo busco a través de celosías estrelladas, entre los nudos de mi pelo y al final de cada espejo, ese último rincón reflejado donde nunca nadie mira.
Leo un montón de palabras que sé alguna vez leyó y busco pistas mientras me cuestiono:
“¿Tomará el sol bajo la vela de aquel barquito que no podía navegar?”
Lo imagino contando nubes y adivinando formas con una mirada perdida e inteligente.

Ahora que lo pienso, mejor que no esté por allí, el final de la canción rezaba que dicho barquito acaba por naufragar.


- “Desde mi corazón me dice adiós un niño y yo le digo adiós”
P.Neruda.

2 comentarios:

  1. Tanta nostalgia contenida... y ni nos damos cuenta de que nuestro niño siempre estuvo ahi, quizas hoy mas cerca de la piel de lo que nunca estuvo.
    Te quiero...

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  2. yo soy una niña, mi mejores amigas son la sardina sorda y la coja ;-)
    me encanta

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