miércoles, 7 de octubre de 2009

De la historia de Laura y Gabriel

Laura y Gabriel no se conocen, compartieron cama, compartieron sueños, luces y sombras.
Pero no se conocen.
Laura no es bohemia, ni mágica, tampoco feliz .
Gabriel escribe nubes de colores desde un rincón de su cuarto, mientras el flexo ilumina la esquina contraria la del escritorio, pues no soporta estar iluminado mientras escribe.
El siglo de las luces no le alcanza porque prefiere ignorar un amanecer si puede desembocar en la oscuridad eterna, Una oscuridad que aprisiona, que miente, que destruye, que elimina con su paso todo recuerdo de estrellas fugaces.
Y duda... duda hasta de su sombra. Una sombra que dicho sea de paso solo pudo existir mediante una iluminación superior.
"No existen las medias tintas Gabi.
Solo puede sobrevivir en la penumbra quien jamás haya sido poseído por la luz".
"La felicidad ficticia no es mas que un baúl vacío y resulta que el tuyo está lleno de objetos que no te atreves a desenterrar.
Dime Gabi ¿Cómo serás feliz, feliz de verdad, si niegas y pretendes controlar todo aquello por lo que un día sonreíste?"

Laura no está sola del todo, tiene a Lucrecia.
y un libro de Dante. Al que abraza de manera casi compulsiva.
De noche tiene pesadillas incoherentes que la hacen despertar bañada en lágrimas. Cuando despierta se refugia en la poesía de la "Divina Comedia" y sueña con se Beatrice.

Resta decir que no lo conseguirá.
Se refugiará constantemente en el regazo de Lucrecia y en la sabiduría que se esconde tras toda alma de niño mientras abraza las tapas gastadas de un libro que cree la hará renacer.
"Proyectas luz, Lau, mas te valdría aprender a mirarte en un espejo de vez en cuando."
"Y Si bien no aspiras vivir, y crees encontrar una respuesta en la muerte, estás mas viva que todos ellos, que se niegan a ver la luz por miedo a que les acabe cegando"

MICRORRELATO DE UNA PULSERA DE LA FELICIDAD DE LAURA:

Se puso la pulsera en la muñeca izquierda. Y con su característico tono entusiasta le dijo haciendo referencia a los monigotes:
- Mira, somos tú y yo. Señaló primero las figuras, y luego a ellos.
-¿Sabes que significa el sol? Decía Gabriel mientras se reflejaba en sus ojos casi ambarinos.
- Ni idea ¿qué?
-Que tienes que estar siempre contenta. Su expresión cambió, cuando entre sombría y serena sus labios articularon un casi inteligible:
-Nadie puede ser feliz eternamente Gabi.

6 comentarios:

  1. siento el dolor que proyecta, no era pretendido.

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  2. Gabriel, Laura...
    sabes que me encantan los nombres que contienen la r
    y las situaciones vividas contigo tambien me encantan solecito
    mongotes...ya queda menospa ir a la tete :D

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  3. Yo, que te debía un comentario. Laura y Gabriel, la familiaridad que me dan estos nombres es infundida porque nunca he conocido a ninguna Laura tanto ni a un Gabriel, pero me transmiten cosas. Este texto deja entrever bastantes cosas en sí. Me gusta, sutilmente...

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  4. el que creí mi primer amor se llama gabriel. pero no lo amaba, lo sé. aunque ¿como puedes saber cuando amas o no a alguien?

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  5. Es como una intuición.
    No dice nada en claro y lo insinua todo.
    Son como palabras susurradas al oído una tarde en una calle fría de otoño.
    O esa impresión me da a mi.

    Por cierto, soy Isa y este e smi blog ^^

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