domingo, 7 de marzo de 2010

Febrero

Primero eran sus caricias las que te hacían sentir distinto, las buscabas constantemente y suponían tu mejor vía de escape.
Amordazando un sentimiento tras otro, sometiendolos al encierro en un rincón de tu alma para que no amezasasen con un asalto por sorpresa.
"Ni un devaneo mas" te repetías constantemente en esas noches sin luna en las que te daba por pensar en lo inevitable y te dejabas embaucar arrastrado por esa irrespetuosa y recalcitrante parte de tu alma que no es más que esa trascendentalidad tan tuya que odias porque no te deja ser aquello que quieren que seas y se presenta preñada de insomnio en las que a veces, si te despistas, se dejan a entrever mis ojos.
- No mis ojos, mentirosos, los de ahora, sino mis/ tus ojos, los que tenía para mirarte desde abajo sabiendote con la llave que me desnuda y no. No me molestaba que fuese tu cuello el lugar de donde había decidido prenderse aquel trozo de mi que te legué casi sin proponermelo-
Aperecen de pasada y entonces...
Los apartas como un libro viejo, desgastado y a día de hoy irrelevante aun a sabiendas que algún día te pincharas con el uso de la rueca y tendras que soñarlos, enfrentarlos y perder.
Por eso del miedo y tu majestuosa cobaría que dicta órdenes de alejamiento de caracter preventivo y kilometraje inecesario.
Su sexo y sus caricias suponen la más vulgar de tus cárceles fingidas, Conversación mediocre sobre un millón de nadas que adormecen tu parte trascendente. Nada es y en nada se queda .
Es la fuerza y el cariño que se torna mundano sumado a la rutina camuflada de seguridad la que te abruma y desgasta como se desgastan las suelas de los zapatos usados.
Y la duda, una duda no te atreves analizar mientras pueda mantenerte a flote el autoengaño.
Miradas de soslayo y un mes de Febrero que obvias con la pretensión de dejarle pasar inadvertido.
Y si escribo es por y para Febrero.
Tan roto y desvencijado por nuestra falsa indiferencia que ha jurado regar Granada con sus lágrimas de media noche.
No llores más Febrero...tan solo es una mentira que me ayuda a sonrreir.
E incluso hubo dias en los que, por lo menos yo, si que pensé en lo inevitable.

1 comentario:

  1. Deberíamos dejar que Febrero muriese arrastrado por el viento frío de esa época del año, arrastrado muy lejos de Granada y de todo lo que en ella convive.

    XxX

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