sábado, 12 de junio de 2010

Se dice pronto.
Tal vez demasiado pronto. Palabras que una vez dichas en voz alta minimizan sus significados reduciendolos a la insignificancia de un grano de arena, una gota perdida en el maremoto de sales de baño y efervescencias coloreadas por lápices y manos inexpertas.
Porvenir inexistente que grita, y se torna desquiciado, se vuelve tangible porque es creación y amenaza propia de lo que puede llegar a ser.
¿Que sería sin mi roll de algodón de azucar?
¿Que serías sin las palabras que marcan la linea a cruzar?
Serías ese borron de mirar fijamente de cerca, un ojo que se desdibuja y una comisura que se pierde a los pies mi almohada para volverme loca en un intento de adivinar aquello que creo que dicen unos labios que no se mueven salvo cuando cambias el verbo por el complemento directo e indirectamente me atañe.
.Serías ceñir mi cintura y yo la espada que atraviesa tu pecho sin ningún reparo, sin la condescencia que se aplica a todo buen enemigo.
Vértigo que se adiere a mi piel y un nombre que me taladra, enmarcado en los libros de Borges, en las placas de la calle de enfrente y por último en Tí.

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Se mira, pero no se toca.
De un tiempo a esta parte llevo un cartel en la frente que grita "Peligro" y nadie confía porque tengo el historial de una fulana barata, y consta como imposible la reinserción.
-Conocemos la apostura, la galantaría y en encanto de Satanás-
Tornas simple complicado y ya no sé distinguir donde empieza la confianza y terminan mi fascinación y mis dolores de cabeza.
Me apuntaré clases de magia por correspondencia y entonces aparecerás y desaparecerás a mi antojo.

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