viernes, 9 de julio de 2010

Joder, Puta.

Te deseo mil cosas, y entre ellas, las peores del mundo.
Joder, zorra, joder.
Te admiro por ser como eres, una auténtica puta. Una adicta al sabor de las pollas, la avenida más cercana a la falsa sensación de un orgasmo fingido.
Te conozco por como eres, una estrecha bruja de malas influencias, notoria abogada de las más crudas sentencias.
Te odio por como eres, una estúpida ególatra, que de tener, poco mantiene. Y si aún lo conserva, qué suerte tiene, pues de pocas el miedo siente que de tan miles que conozca, la suya sea la siguiente (coño, qué mentira más cruel mentir en algo tan evidente).
Y sin embargo te quiero, por como sientes. O por como piensas. Pues al menos te sabes sacar las manos de fuego sirviéndote de la cabeza de un ameno, pues es algo que no duele. A ti, ¿verdad?
Sigamos con lo siguiente.
Te deseo.
El mal. Y todo lo que con ello conlleva. La poca dicha. La muerte. Quiero acabar contigo y con lo que significas, tu maldita parodia de un perfecto sentimiento de lírica breve.
Muere, muere, muere.
Te dedico lo más sutil, lo único en lo que pienso, lo que de verdad puedo escribir cuando escribo. Lo que pienso, y no miento.
Ya te posean los demonios, y te violen. Te penetren con sus penes erectos sin misericordia. Te empalen contra la pared más recia y te duela (y disfrutes, perra).
Muere, muere, muere.
Los ojos arrancados de tu cabeza, una deslumbrante visión de belleza. Observa como eres violada por tu propia pasión, y de como la mentira te convierte en su esclavo, mi amante princesa.
Muere, muere, muere.
Te deseo lo peor del mundo, y aún así, muerta ya seas.

-Álvaro Gallego-


"Y lo siento tanto, tan cerca..."

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