sábado, 11 de junio de 2011

Los mundos pequeños son para los que no rompen camisas-


Era se una vez un mundo.
(Pues como todos los mundos.- diréis.
-No se qué clase de fenomeno puede esperarse de algo tan común en un universo como este)
Era un mundo tan, tan pequeño en el que daba asco vivir. Algo así como una camisa sucia, que huele mal, apenas sí le quedan botones y los puños acartonados no te dejan respirar.
Porque señores, allí donde las manos no respiran se convierten en autómatas, simples portadores de carboncillo, algo impensable si se quiere escribir más de tres frases o moldear con plastilina un caracol.
Pues en ese mundo donde solo hay un vaso de agua a ratos sí, a ratos tampoco, una camisa sucia es lo más fantabuloso en toda la galáctica impresión impresionista de lector de relatos cortos.
¿Qué tenemos?
Un pequeño lugar para vivir y una camisa que te lleva al confín de la conversión a la religión de las religiones y nada que ver con el ascetismo, el estoicismo y esas mierdas de imperativo categórico: Amen.
¿Qué ocurre si se rompe la camisa?
Terror de los terrores del fondo del armario infantil, de la adolescencia perfumada y de la vejez más espantosa. Adiós mundo cruel y pies para que os quiero. Puntada aquí, broche allá y a lucir aquello que nos sobra de camisa desgastada.
como nadie imagina mundos pequeños sin parques de columpios y arena amarilla, y gatos que huyen y extraterrestes que abruman de lo verdes que son...
...Del desgaste de cuando las cabras comen se olvida uno las camisas, los apuntes y hasta de aprender mecanografía como dios manda.
Así que allí se quedo. Y como locos todos buscando una suerte de trapo calamitoso.
En todas las falacias, se dá pie a pensar que si no trapo, entonces, traumatismo ergo traumatismo,entonces no trapo.
Pues no señor. Confundir el Modus Tollens es como ponerle rejas a una carcel que no existe.
Y mira tú por donde que sin camiseta uno corre más rápido.
El mundo crece bajo tus pies y hay caminos y nuevas personas y hasta nuevos portadores de camisas y confusos en las leyes de la lógica elemental.
Solo puedo añadir un "Cuanto me gustan los cuentos de pan y pimiento que nunca se acaban", ya que, a saber que clase de enorme estantería en su bendita inocencia estará limpiando ahora, y el clásico: "Perdonalos, Señor, porque no saben lo que hacen".

1 comentario:

  1. precioso, me encanta tu forma de expresarte, ojalá algún dia mis palabras puedan a cercarse a ese eco que provocas...es perfecto!! ;)

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