domingo, 8 de febrero de 2015

parte II El adiós del aire

Me despedí un poco a mi manera, sin contar demasiado con tu opinión, y saltándome algunos principios básicos del decoro. Me despedí sin ganas contando las galaxias de tu espalda y montando archipiélagos entre tus omóplatos, sin saber, si al volver mi habitación se habría dado la vuelta saltando febrilmente hasta la siguiente hoja de esta historia.
Sin conocer,  ciertamente, si al volver y entonces tú. Tú y tus respuestas vanas, agrietadas con el sabor de una boca extranjera, de una poesía sin terminar y un recuerdo de los que se quedan con ganas.
Sin embargo mañana, mañana y tú, todo mi peso en la recaída, pero ciegamente remando en una patera sin patria ni bandera, un blasón desbordado entre el talento de esa otra autoridad.  tampoco hay  naufragio a la vista en el devenir incurable de las olas y la calentura, solo el mar con su terrible azul clavándose en el frío de tus ojos.

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