jueves, 12 de febrero de 2015

Parte III: La realidad.


"Ninguna novedad en esa sed y esa sospecha, pero sí un desconcierto cada vez más grande"
Como el caer de una losa en un jardín de adoquines y sus mil trocitos expandiéndose en infinitas partes de milésimas de agudo. Generando un enorme confusión entre las notas agrietadas que se despliegan despertándome entre las nubes. Amotinándome en el clavo ardiendo de tu boca observo el descaro de tu ropa desperdigada por mi habitación.
Casi parece que se te quita el miedo, solo a veces.
Y cambia la monotonía desdibujada para ser otra cosa que tiene el color de todo lo que empieza, de un enormísimo desconcierto entre mis sábanas sucias.
Todo complicadísimo,  un conjuro que una mano negra alguna vez rozó mi espalda para mirarte en un primer proceso de revelación, convirtiéndose después en el mayor de los extrañamientos posibles, allí donde se escribe, en ese limbo de la duermevela.
Es en ese preciso punto donde creo se requiere, un giro de acontecimientos enfocado hacia lo que será porque ésta no es la forma de dibujar un contorno plausible.
Y eso es lo que hay, un espejismo de buena mañana, sin saber hacia dónde arrancarán mis pasos cuando te hayas ido. Sin saber si volverás a dejarme despertarte en silencio, en el centro de nuestra vorágine enmarañada dónde siempre faltarán epítetos para tu abrazo desaventajado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario