sábado, 28 de agosto de 2010

Malabarista.

A.
A veces.
A veces te.
A veces te extraño.
A veces te extrano tanto.
A veces te extraño tanto que.
A veces te extraño tanto que me.
A veces te extraño tanto que me cuesta.
A veces te extraño tanto que me cuesta respirar.
(Otras no)

Así entre paréntesis te prometo que nunca me gustó la prosa fácil, pero qué le voy a hacer si cuando pienso en tí, me sale solo. No sé pensar en tí y hacerlo difícil.
Y ahora no sé si lo que extraño es lo individual o la idea universal colectiva y como nadie consiguió mantenerme durante tanto, anclada al sentimiento universal solo me quedáis tú y tu felicidad, de la que a veces dudo y me entristezco y en la que a veces confío tanto que, egoista, me entristezco un poco más.
Otras veces no hay duda posible, es tu abrazo, tu voz pausada, tu letanía, la que me conmueve y me equilibra mientras yo, malabarista, cuerda floja y otra vez eco sordo y letras torcidas.
Oscilo y recuerdo, lo que soy, donde estoy, y porque. Acaba la angustia pero me quedan las ganas de ser, y ser contigo. Miedo a ser contigo y no ser.
A sabiendas que de ser contigo nunca sería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario